Canis lupus arctos
Canis lupus arctos o mejor conocido como lobo ártico, es una subespecie de lobo gris que también recibe el nombre de lobo blanco o lobo polar. La principal característica que lo distingue entre todas las clases de lobo es su pelaje en color blanco.
Hábitat y distribución
Se distribuyen por Norteamérica, llegando hasta el norte de Groenlandia y manteniendo grandes números a través del archipiélago Ártico canadiense. Habita en terrenos fríos y con temperaturas hostiles de hasta -30 grados centígrados. Su grueso y abundante pelaje funciona como aislante del viento y la nieve. Tienen una longitud más reducida que los lobos grises, al igual que unas patas, hocico y orejas más cortas; esto los ayuda a retener el calor corporal.
También recibe el nombre de lobo blanco o lobo polar.
Anatomía
Miden de largo alrededor de 1.80 m contando con la longitud de la cola y tienen un peso que oscila entre 45 y 70 kg. Tales características le dan la oportunidad de ser más ágiles que otros animales con mucho mayor tamaño. Presentan distintos patrones de manchas que los distinguen del resto y ojos de tono café oscuro o amarillo brillante.
Estructura social
No forman agrupaciones muy grandes, generalmente son de cinco o seis integrantes los cuales están liderados por una pareja alfa. Los descendientes de los líderes alfa son protegidos por el resto de la manada; las crías ocupan un lugar importante dentro de la escala social de los lobos.
Alimentación
Su dieta es carnívora. Focas, aves, zorros árticos, caribúes, bueyes almizcleros y liebres árticas son ejemplos de especies que comprenden su dieta. La técnica para cazar que emplean requiere de la coordinación de todos los miembros de la manada. Comúnmente no persiguen a sus presas a gran velocidad y prefieren ir tras ellas a un paso moderado hasta agotarlos físicamente, pero logran llegar a los 75 km/h en algunas ocasiones manteniéndose a tal ritmo por largo tiempo.
Ingieren hasta nueve kilos de carne en una sola comida.
Mayormente son las crías o los débiles quienes se rinden en el camino. Una vez que una víctima se ha quedado atrás, los lobos lo rodean e intimidan con sus colmillos, impidiendo que huya por cualquiera de sus costados. El animal acorralado lucha una última vez por su vida, pero ante un grupo de hambrientos lobos no queda nada más por hacer.
No importa que se trate de un animal más grande que ellos o que esté equipado de fuertes cuernos; mientras un lobo muerde alguna extremidad trasera, otro se abalanza contra el cuello y finalmente todos se reúnen para matarlo por completo. Consumen todo; no desperdician alguna parte del cuerpo, ni siquiera los huesos. Ingieren hasta nueve kilos en una sola comida y algunas veces deben recorrer 2.5 km² para encontrar presas.
Reproducción
Son animales monógamos que solamente cambian de pareja cuando uno de los dos muere. Los apareamientos se llevan a cabo generalmente en el mes de marzo y a finales de mayo, las hembras tienen a sus cachorros tras un período de 53 a 61 días de gestación. Las camadas pueden contener hasta cinco de ellos.
La madre y todos los miembros de la manada son muy protectores con los recién nacidos.
La madre y todos los miembros de la manada son muy protectores con los recién nacidos y los atienden con dedicación. Cuando ella no puede cavar guaridas en la nieve, lleva a sus pequeños a cavidades que encuentra en el camino para protegerlos de los depredadores. Si no sufren alguna alteración, las guaridas son utilizadas año con año. Para mantenerlos nutridos regurgitan la comida que previamente ingirieron y al mes de edad las crías ya comienzan a tener contacto con la carne.
A los seis meses de edad, los jóvenes comienzan a realizar viajes con el resto del grupo y adquieren experiencia mediante la observación de los adultos. Poco a poco van participando hasta volverse expertos cazadores. Alcanzan la madurez sexual máximo a los tres años de edad.
Amenazas
Su expectativa de vida no es de muchos años; es de siete en su estado natural y de 10 años en cautiverio. Aunque no tienen muchos depredadores, los osos y otros lobos son causantes de algunas batallas.
Sin duda alguna el humano ocupa el lugar número uno en depredación al lobo ártico. La invasión de su hábitat y el cambio climático son sus mayores amenazas. La caza ilegal no ha sido mucho problema para ellos debido a la lejanía que mantienen con las comunidades humanas, por lo que se podría decir que es la subespecie de lobo que menos riesgo tiene de extinguirse.