La cultura popular nos ha dejado claro que la dieta de los lobos es carnívora. Cuentos donde el lobo feroz era el antagonista que causaba pánico y quealmiría comerse a Caperucita Roja o a los Tres cochinitos, sirvieron para enseñarnos que ellos se satisfacen de abundante carne.
Cuando han recorrido un largo camino para buscar presas y no obtienen éxito, toparse con ganado es una oportunidad que no dejan pasar. Mediante hazañas en equipo, algunos miembros logran completar su objetivo, pero otros son vistos por los propietarios que no toman en cuenta otra opción más que disparar su arma. Es así como muchos lobos mueren año con año solo por desear alimentarse.
Los lobos son admirados por emplear estrategias de caza en equipo. Su nivel de organización es impresionante, ya que son capaces de coordinarse y actuar específicamente para cada situación, siempre estando atentos a lo que el líder de la manada les comunique. Mientras unos distraen o persiguen a las víctimas para agotarlas físicamente, otros se encargan de atacar.
Siempre buscan a los miembros más vulnerables de sus víctimas, en especial las crías.
Ellos observan a sus víctimas desde lejos y comienzan a acercarse lentamente. Si los animales por capturar los detectan, comienzan a huir y es cuando se observará cuál de todos ellos será el más débil. Los ejemplares machos de bueyes almizcleros o búfalos que comúnmente son más grandes, suelen mantenerse firmes en su posición sin mostrar temor. Por lo general los lobos no están interesados en este tipo de presa, ya que resultan ser mucho más complicadas que el resto.
Siempre buscan a los miembros más vulnerables de sus víctimas que huyen reunidos en grupos; es decir, se inclinan por las crías o los débiles que corren lento y se rinden al poco tiempo de escapar. La estrategia de los lobos es separarlos del resto de su grupo y aislarlos para desorientarlos. Una vez que el derrotado pierde toda la fuerza, viene el desenlace.
No son escenas agradables; sin embargo, los lobos son animales muy hábiles que se esfuerzan por conseguir su alimento.
Bueyes almizcleros, ciervos en su mayoría, búfalos, cabras salvajes, jabalíes, borregos cimarrones, son algunas de sus presas de mayor tamaño, pero también incluyen en su dieta a serpientes, armadillos, ardillas, liebres, zorros, sapos, rara vez salmones y algunos tipos de primates, todo ello dependiendo de la clase de lobo y de la fauna que tengan a su disposición. Su digestión es muy rápida, por lo que varias veces al día consumen grandes porciones de carne. Los osos son los animales que más les dificulta capturar, sobretodo si se trata de una madre que intenta proteger a su cría; en este caso los lobos prefieren buscar a una presa menos peligrosa.
Ellos cazan incluso cuando cae lluvia o nieve y los vientos son extremadamente fríos. Tienen mucha habilidad corriendo en suelo cubierto de nieve, algo que es muy complicado y extenuante ya que las patas suelen hundirse unos centímetros y provocar mayor pérdida de energía.
Aunque pertenecen al orden de los carnívoros, complementan su dieta con algunos frutos que brotan en los meses de verano. Bayas, plátanos, guayabas, raíces y tubérculos satisfacen el hambre de algunas especies de lobos.
Son especialistas también en consumir carroña y robar la presa de otros carnívoros. Un lobo solitario casi no intimida, pero una manada es imposible de ignorar, por lo que otros depredadores que cazan individualmente terminan por rendirse y abandonar su alimento.
No todo es carne; complementan su dieta con algunos frutos que brotan en los meses de verano.
En los lobos se han presentado casos de canibalismo durante las duras temporadas invernales en las que las condiciones climáticas hacen de la búsqueda algo muy arduo. Cuando no tienen más opción, la manada ataca a los lobos débiles o heridos o si algún miembro muere por otras causas, el resto del grupo se alimenta del cuerpo.
Los lobos dependen del grupo para comer. La labor en equipo permite que unos actúen mientras los que ya lo hicieron, puedan tomar un breve descanso y así eviten agotarse excesivamente. Es por ello la importancia de que la salud y alimentación de todos los miembros sea la adecuada, sobre todo la de los más fuertes y de alto rango social.
Como pudimos leer, los lobos se alimentan casi de cualquier cosa con tal de sobrevivir. Aunque parezcan ser animales crueles y despiadados, la realidad es que solo luchan por mantenerse con vida en un medio ambiente donde las condiciones climáticas no son muy favorables y donde los disturbios y las limitaciones impuestas por el hombre hacen que una actividad tan cotidiana como comer, se vuelva una situación de peligro que arriesga sus vidas.